lunes, 8 de agosto de 2011

MACHUPICCHU, INSPIRACIÓN DE POETAS

Qué es Machupicchu sino poesía pura. Versos que audaces constructores apilaron sobre la montaña. Epítetos sobre la grandeza creadora. Rimas líticas, simétricas. Anáforas subversivas que invocan la paz. Eso es sobre todo: poesía. Pero es también obra inspiradora, una musa que emerge desde la blandura de sus piedras labradas, indisolubles, un soplo que convoca, que llama a la creación.

Machupicchu ha sido fuente de inspiración constante. Poetas, músicos, escritores, directores de cine, hallaron en la armonía de sus muros pétreos, el estímulo perfecto para el arte. Una incitación capaz de cambiar el curso de una historia, como sucedió con el vate chileno Pablo Neruda. El poeta visitó la ciudadela en octubre de 1943, junto a la pintora argentina Delia del Carril, su pareja de entonces. Los acompañó el peruano José Uriel García. Y fue ante ese impresionante espectáculo de rocas, que tuvo una revelación.

“Pensé en muchas cosas a partir de mi visita al Cuzco…Allí comenzó a germinar mi idea de un Canto General americano. Antes había persistido en mí la idea de un canto general de Chile, a manera de crónica. Aquella visita cambió la perspectiva. Ahora veía América entera desde las alturas de Machu Pichu” escribió en sus memorias.
Tiempo después de aquella visita, en 1950, Neruda publicó por primera vez en México su décimo poemario llamado “Canto General”, una ostentosa obra de 231 poemas, considerado un libro de poesía épica que incluyó el capítulo “Alturas de Machu Pichu”, de trece piezas. Neruda escribió estos versos frente al mar, es su casa de Isla Negra.

Sube a nacer conmigo, hermano.
Dame la mano desde la profunda
zona de tu dolor diseminado.
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados.


Otros chilenos, los integrantes de la banda de rock progresivo y folk rock, Los Jaivas, musicalizaron estos poemas y en 1981 presentaron su álbum “Alturas de Machu Pichu”. Por entonces no conocían la ciudadela inca pero no demoraron mucho en explorarla, pocos meses después, de la mano de Mario Vargas Llosa, para grabar un capítulo de su programa “La Torre de Babel” que se transmitía en Panamericana TV.

INVOCACIÓN AL YO
En los poemas que dedicó a la fortaleza inca, Neruda convoca al hombre. En cambio Martín Adán se convoca a sí mismo en “La mano desasida”, profundamente conmovido, por medio de su invocación a la piedra, para preguntarse sobre temas como la muerte, Dios, y la creación.

Y yo me moriré
Porque no me basto
Pero tú vives, Machu Pichu,
Piedra que se está en su alto.


Otros poetas que escribieron bajo el influjo de las piedras encantadas de esta maravilla son Juan Gonzalo Rose (Machu Pichu), Alberto Hidalgo (Canto a Machu Pichu), Danilo Sánchez Lihon (Machu Pichu, más allá de ti no hay nada) y Ernesto Cardenal (El secreto de Machu Picchu).

El argentino Jorge Luis Borges visitó por primera vez la fortaleza en 1965. Debido a su ceguera le hicieron una descripción minuciosa del lugar y quedó profundamente marcado. Regresó en 1978 con María Kodama, con quien compartió sus últimos años de vida. De vuelta a Buenos Aires la describió como “una especie de barrio San Telmo a la enésima potencia”.

No podía faltar José María Arguedas, quien visitó la ciudadela en 1964 cuando era director de la Casa de la Cultura del Perú. Arguedas nació el mismo año en que Hiram Bingham descubrió Machu Pichu. En “los ríos profundos” describió una escena entre Ernesto y su padre en el Cusco.

-¿Cantan de noche las piedras?-.
-Es posible.
-Como las más grandes de los ríos o de los precipicios. Los incas tendrían la historia de todas las piedras con “encanto” y las harían llevar para construir la fortaleza.


INCAS ANIMADOS
Pero la ciudad pétrea no solo alentó la poesía. Fue tentación irresistible para realizadores de dibujos y cortos animados. Homero Simpson y su familia tuvo que llegar hasta la fortaleza buscando a su hijo Bar, quien se había extraviado. En esta emisión, la familia amarrilla se observa a Homero masticando coca, junto a su esposa Marge y sus hijas Lisa y Maggie, que montados sobre unas llamas ascienden al Huaynapicchu.

Marge conversa con Huiracocha quien le explica que en el incanato los niños no se extraviaban porque crecían encerrados en fortalezas. A muchos peruanos no les gustó este capítulo porque presentaban a los soldados incas como cobardes que huyeron apenas vieron a los conquistadores españoles.

Otra serie famosa que no resistió las ganas de que sus personajes aparezcan en Machu Pichu fue South Park. La pandilla de pequeños malcriados llegó al Perú para exterminar un cuy gigante que causaba destrucción en Estados Unidos. Su visita a la tierra de los incas tuvo como origen de partida un informe de la Oficina de Defensa que aseguraba que las agrupaciones de flauta peruana controlaban estos animales con su música.

El Pato Donald y la historieta de Superman también pusieron a Machupicchu como inmejorable escenario para una de sus aventuras. La escuela francesa de animación 3D Spinfocom Arles hicieron un corto animado el 2007 que llamaron “Machu Picchu Post”, de gran aceptación y con miles de visitas en YouTube.

EN EL CINE
El hallazgo de la ciudadela fue todo un acontecimiento pero su fama empezó a crecer como una espiral desde que en 1954 se rodó en Machu Pichu la película “El secreto de los incas” con el actor Charlton Heston. En la cinta participó la diva Yma Súmac, que siete meses antes de morir, en el 2006, ascendió hasta la construcción inca. En 1955 los italianos Enrico Grass y Enzo Craveri filmaron el documental “El imperio del sol” donde incluyeron tomas de Machu Pichu.

En la cinta “Diarios de Motocicleta” se observa a un joven Ernesto Guevara (Che) paseando por la fortaleza junto a su amigo entrañable Alberto Granado. En el filme “Túpac Amaru” tiene como escenario la ciudadela (1984), lo mismo que en otras cintas como “Cuando el cielo es azul (2004)” y “Un marciano llamado deseo”.

La grandeza de la construcción seguirá inspirando, porque como lo decía Neruda, después de contemplar Machu Pichu, todo es poca cosa. “Después de ver las ruinas de Machu Pichu, las culturas fabulosas de la antigüedad me parecieron de cartón, de papier maché”.

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